Los Gigantes del Cibao renovaron a 15 jugadores clave que han demostrado entrega, talento y compromiso con los colores del club. Esta apuesta por la continuidad fortalece su identidad competitiva y refuerza la conexión con una fanaticada que valora el corazón y la garra. El Cibao vibra con los suyos, y ellos no fallan.
Con paso firme y mirada puesta en el futuro, los Gigantes del Cibao han oficializado la renovación de 15 jugadores clave, reafirmando su filosofía de continuidad, identidad y compromiso con su fanaticada. Este núcleo, que ha dado batalla en las últimas temporadas, representa más que talento: encarna el corazón competitivo del nordeste.
La gerencia valoró no solo los números, sino la entrega y la conexión emocional de estos atletas con la camiseta. Figuras del infield, jardineros explosivos y brazos confiables vuelven a integrarse a un proyecto que apuesta por el crecimiento desde adentro. La apuesta no es a lo desconocido: es al carácter probado, al temple en el terreno y a la química construida en cada entrada.
Este movimiento también envía un mensaje claro al resto de la liga: los Gigantes no están reconstruyendo, están reforzando con lealtad. Para el club y su gente, la continuidad no es rutina, es estrategia emocional. El Cibao vibra con los suyos, y los suyos han dicho “sí” una vez más.
La fanaticada ya empieza a imaginar esa primera alineación, ese primer batazo, sabiendo que no se parte desde cero, sino desde la memoria viva de un equipo que no se rinde. Porque en San Francisco de Macorís, los colores no se cambian: se defienden con alma.
Este grupo representa el equilibrio perfecto entre juventud y experiencia, talento y carácter.
Yadier Molina denunció públicamente la falta de formalidad en su vínculo con las Águilas Cibaeñas, revelando que nunca firmó contrato alguno y que todo fue negociado verbalmente. Su testimonio expone una práctica preocupante en el béisbol dominicano, donde la informalidad puede poner en riesgo la confianza y la transparencia entre equipos y dirigentes.
