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  • Mon, Oct 2025

El fenómeno Juan Soto: "El cielo es el límite"

El fenómeno Juan Soto: "El cielo es el límite"

Aplacadas las emociones de la postemporada, y definidos ya los contendientes a la Serie Mundial, es válido echar la mirada atrás y ver lo que ha dejado la temporada regular. Ese período en el que se observan las estrellas, se miden las estadísticas y se proyectan las visiones hacia temporadas venideras.


 

Llamado a ser una estrella

El talentoso beisbolista dominicano ha sido catalogado por los expertos y analistas como una excepcional combinación de poder, vista de águila, velocidad y disciplina.

Sus números ofensivos y marcas hasta los 26 años de edad están ranqueado entre los mejores de todos los tiempos, y aún le resta por recorrer el mayor trecho de una carrera destinada a abarcar algo más de dos décadas, siempre que su salud y resistencia física se lo permitan. 

Con ocho años de servicios cumplidos en diferentes franquicias de la MLB, ya se le reconoce el estatus de figura generacional y de futuro miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, ese altar donde moran los inmortales del deporte que inventara el estadounidense Alexander Cartwright.

Desde su debut con los Nacionales de Washington a los 19 años de edad en el año 2018, presentó credenciales de que había llegado un jugador de clase aparte. Un adelantado cuyo nombre, desde temprano, quedaría asociado a los de grandes luminarias ya escritos con tinta indeleble en el historial del magno evento profesional.

Un aspecto que llamó la atención fue su madurez —demostrada prematuramente— y su capacidad para trabajar frente a los lanzadores contrarios en turnos profundos. De ahí que se haya establecido como un líder histórico en el renglón de bases por bolas recibidas.

Ya en su primer año, bateó para promedio de .292, disparó 22 jonrones, remolcó 77 carreras y quedó apenas segundo en la votación para Novato del Año.

Fue campeón de la Serie Mundial en el 2019 con el equipo de Washington, de modo que puede decirse que —apenas en su temporada debut en la Gran Carpa— su talento ayudó a que la franquicia conquistara el primer título máximo de su historia. Fue un prolongado 4-3 ante los Astros de Houston. 

 

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Juan José Soto Pacheco ha recibido cinco bates de plata, cuatro veces ha sido convocado al Juego de Estrellas, fue ganador del Home Run Derby y campeón de bateo de la Liga Nacional con promedio de .351 en el año 2020, temporada que se vio recortada por la pandemia del Covid 19.

 

Del Atlántico al Pacífico… y de regreso

En el año 2023, Juan Soto fue transferido a los Padres de San Diego, equipo con el que registró una buena temporada con promedio de .275 de bateo, 35 cuadrangulares, 108 carreras impulsadas y 132 bases por bolas —líder en ese departamento en Las Mayores. No obstante, y debido a su alta nómina de pago, los californianos no pudieron retenerlo y, ya para la temporada 2024, fue transferido al conjunto New York Yankees, donde registró una de las actuaciones más sólidas de su carrera. Con los del Bronx, el desempeño de Soto fue pivotante para que la célebre franquicia ganara el campeonato de la Liga Americana, y pasara a disputar la Serie Mundial —no acudían al Clásico de Octubre desde 2009— contra Los Ángeles Dodgers, titulares de Liga Nacional. En esa final, los californianos acabarían imponiéndose 4 a 1 a los Yankees.

Los números de Soto en la serie regular de ese año fueron los siguientes: promedio de .288, 41 vuelacercas y 132 bases por bolas.

 

Récord único en el presente siglo

En el mes de diciembre del 2024, los Mets tuvieron la gran fortuna de imponerse en una feroz puja con los Yankees y otros equipos por los servicios de Juan Soto. Los del Bronx le habían ofrecido al quisqueyano un jugoso acuerdo por varios años para mantener su continuidad. Sin embargo, a la postre, los vecinos de Queens fueron quienes ganaron la apuesta al concederle el contrato más grande de los deportes profesionales, y el de mayor extensión: 765 millones de dólares por 15 años.

El joven criado en el sector Los Ríos de Santo Domingo, capital dominicana, no tardó en demostrar que la confianza en él depositada no había caído en saco roto. Ha sido el único jugador en el presente siglo que en una sola campaña —la temporada regular 2025— fue capaz de reunir los siguientes números: 

  • 40 o más jonrones (43, número exacto).
  • 30 o más bases robadas (38).
  • 100 o más carreras impulsadas (105).
  • 100 o más carreras anotadas (120).
  • 100 o más bases por bolas (127).

 

Y lo hizo defendiendo los colores de los Mets, equipo con el que llevaba apenas unos meses jugando.

 

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Mucho más que una paga

El contrato con los Metropolitanos no se limita a un salario anual en metálico, sino que incluye beneficios adicionales, como una suite de lujo y boletos premium en el Citi Field, así como seguridad personal para él y su familia.

El acuerdo también contiene una cláusula que le permitiría salir del contrato después de la temporada 2029 y firmar una extensión por cuatro años más. Además, no incluye dinero diferido, y podría ascender a 804 millones de dólares, en caso de que los Mets quisieran retenerlo después de 2029.

Si bien el criollo no estuvo a su nivel acostumbrado durante los dos primeros meses, terminó reponiéndose de modo espectacular. Y agregó una nueva arma a su arsenal: las bases robadas. Anteriormente, su mayor cantidad había sido de 12, pero acabó la temporada 2025 con 38 estafas, más del triple que su registro previo.

Su promedio de bateo fue de .263 —por debajo de sus dos años anteriores, de .275 y .288—, sin embargo, logró su mayor cantidad de cuadrangulares con 43, remolcó 105 carreras y tuvo un OPS de 921. Los demás números fueron citados anteriormente. 

 

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Que los brazos no decaigan

La gran labor ofensiva de Soto y sus compañeros Francisco Lindor y Pete Alonso, no fue suficiente para lograr la clasificación en la temporada 2025. Lamentablemente, el desplome del sfaff de pitcheo, principalmente en el tramo final de la campaña, fue la causa principal del fracaso. 

No basta con contar con una eficiente ofensiva si el trabajo no es complementado por un consistente cuerpo de lanzadores, lo que suele llamarse “ un bullpen profundo ”, es decir, capaz de sostener los embates de la ofensiva rival, en particular, en la segunda mitad o último tercio de las entradas.

El mejor ejemplo fue la Serie Mundial que ganaron los llamados en la ocasión “Los Milagrosos” Mets de Nueva York, que, contra todos los vaticinios, se impusieron en el año 1969 a los Orioles de Baltimore, uno de los equipos más poderosos de esa época, integrado por verdaderas superestrellas tanto a la ofensiva como en el cuerpo de lanzadores. 

Los Mets eran un equipo con pitchers muy jóvenes encabezados por Tom Seaver, quien lograría ser uno de los mejores lanzadores de esa época, a punto tal que en 1992 fue exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown. Otros no llegaron tan lejos, como Jerry Koosman y Ron Darling, pero hicieron su trabajo de manera más que digna. Por el lado de la ofensiva, aquellos Mets del 69 no tenían bateador alguno que fuera considerado una estrella, pero supieron hacerse grandes en los momentos que el equipo más los necesitó.

Los Orioles contaban con varios superastros y figuras destacadas, como Frank Robinson y Brooks Robinson —no guardaban parentesco alguno— y el estelar lanzador Jim Palmer. Y a ellos se les sumaba Mark Belanger, uno de los mejores torpederos defensivos de la historia de las Grandes Ligas, que se combinaba con Brooks Robinson, considerado sin discusión el mejor tercera base defensivo de todos los tiempos, y un bateador de respeto. Frank Robinson, por su parte, ha sido catalogado como uno de los mejores jonroneros de la MLB, y llegaría a la inmortalidad, exaltado al Salón de la Fama en 1982. Al año siguiente, lo haría su compañero de equipo Brooks, quien ya había ganado 16 guantes de oro consecutivos como 3ra. base.

Sin embargo, ante tamaño equipo, en aquel otoño de 1969, los "Milagrosos Mets" no solo levantaron el Trofeo del Comisionado, sino que escribieron uno de los capítulos más inspiradores en la historia del béisbol. Demostraron que el corazón, la garra y la fe inquebrantable de un equipo, superan a cualquier constelación de estrellas. Su triunfo sobre unos impresionantes Orioles no fue solo una victoria deportiva, fue un milagro que inspiró a una ciudad y a una nación entera a creer en lo imposible.

 

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¿Realmente El Cielo es el Límite para Juan Soto? 

Lo primero que se debe hacer en procura de analizar esa pregunta es dar una ojeada a los impresionantes números de por vida que ha acumulado en los ocho años que lleva en Las Mayores, lapso que podría considerarse un tercio de su carrera.

Actualizados los datos hasta el final de la temporada regular 2025, se incluyen: 

  • Promedio de bateo: .281 
  • Cuadrangulares: 244 
  • Imparables: 1086 
  • Carreras empujadas: 697 
  • Bases por bolas: 896
  • OPS de 948

 

Lo más seguro es que algunos de esos números se pueden duplicar, y otros, hasta triplicar. Entonces la pregunta que cabe es: ¿cuáles serán sus registros al final de su carrera? ¿Hasta dónde llegaría su límite? 

Es una pregunta difícil de contestar. Y se puede tomar como ejemplo su total de jonrones que es ahora de 244. Este año conectó 43 y por lo menos en los próximos diez años —de mantener ese ritmo— podría lograr entre 300 y 400 vuelacercas adicionales, que, sumados a los acumulados, no hay dudas que le harán cómodo el camino para llegar a los 500 bambinazos y seguir ascendiendo. Y de ese mismo modo podría robustecer su desempeño en otros renglones. 

 

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Un factor que juega mucho en su favor es lo joven que llegó a la MLB: apenas 19 años de edad. Son muy pocos los que logran entrar a la Gran Carpa a esa edad y muchos menos los que empiezan a producir de inmediato y de modo ascendente cada año.

De seguir ese ritmo, sus números y cantidad de marcas se pondrán al nivel de los más extraordinarios de todos los tiempos.

 

La vigencia de la teoría de DiMaggio

El gran Joseph Paul “Joe” DiMaggio, uno de los beisbolistas más grandiosos y ejemplares de todos tiempos, dijo hace varias décadas una frase que aún hoy tiene vigencia, y puede aplicarse en el caso de Juan Soto: un jugador profesional de béisbol alcanza la plenitud a los 30 años de edad.

Juan Soto Pacheco cumplirá 27 el próximo 25 de octubre.

Es decir que todavía le faltarían tres para llegar a su cúspide en rendimiento deportivo, conforme a lo que dice el denominado “Yankee Clipper”, quien aún ostenta el récord de 56 juegos consecutivos bateando de hit, una de las marcas más difíciles y sagradas que se ha mantenido incólume por décadas.

En este caso, cae como anillo al dedo la frase de carácter profético "El cielo es el límite", — título del bestseller de Wayne Dyer (1940-2015), psicólogo y escritor estadounidense— que significa que no hay límites para lo que alguien puede lograr humanamente.

Se define como una frase poderosa que resume la esencia de las posibilidades ilimitadas y la idea de que no hay obstáculos insuperables para lo que alguien con voluntad y esfuerzo puede lograr.

Si bien la expresión plantea un concepto general de superación individual, a partir de la segunda mitad del pasado siglo quedó adoptada por periodistas de reconocidas publicaciones deportivas estadounidenses para resaltar a talentos o nuevos fenómenos que surgían en esos tiempos, principalmente en el baloncesto de la NBA, y luego se extendió hacia los otros deportes de audiencias multitudinarias.

No es difícil entender que el multifacético beisbolista Juan Soto encaja en ese concepto. Él ha dicho en algunas entrevistas que desde su infancia soñaba con llegar a ser un pelotero profesional, y que su inspiración fue su padre. Juan José Soto Sr. se esforzó por ser un beisbolista de trayectoria, y aunque jugó como receptor en ligas de aficionados en la República Dominicana —así fue que inculcó en su hijo la pasión por ese deporte desde una temprana edad— no logró conseguir una firma que lo llevara a la Gran Carpa. Era una época en que las academias de los equipos de las Grandes Ligas no se habían expandido en su país en procura de talentos para el reclutamiento. En estos tiempos, los 30 equipos de la MLB tienen establecidas academias de béisbol en el país y las firmas de prospectos han proliferado ampliamente, un aporte muy positivo para todos los jóvenes que tienen el sueño de llegar a lo más alto.

 

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El caso del joven jardinero dominicano Juan Soto ha sido uno de los más exitosos y publicitados de los últimos lustros.

 

Heriberto Morrison

Heriberto Morrison - Director del Multimedios Faro Deportivo - Con más de 40 años en el periodismo deportivo, ha sido redactor, columnista, editor y gestor multimedia en medios como La Noticia, El Nacional , Última Hora, El Nuevo Diario, Rumbo, Periódico Hoy, Listín Diario, y Cadena de Noticias/CDN. Fue Macro-Editor Deportivo de Multimedios El Caribe y Viceministro de Deportes de la Rep. Dom.