Loading...
La nación quisqueyana recibirá en casa a decenas de países para competir en más de 30 disciplinas deportivas. ¿Estará el deporte dominicano a la altura que supo mantener en anteriores ediciones de los Juegos Centroamericanos y del Caribe?
Table of contents [Show]
Santo Domingo asumió la responsabilidad de albergar los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe del Primer Centenario y sus organizadores domésticos han señalado el periodo del 24 de julio al 8 de agosto de 2026 para dar continuidad a los juegos regionales más antiguos del planeta, en su XXV versión.
Nacidos en 1926 en Guatemala, será la tercera ocasión en que la República Dominicana oficiará de sede, después de la histórica XII gesta en 1974, que dio el pistoletazo de salida a un mayor auge deportivo del país con la creación del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, y los XV en Santiago de los Caballeros 1986, cuyo complejo deportivo La Barranquita no dio el impulso atlético que se esperaba ofreciera a la provincia y su “Ciudad Corazón”.
En cuestión de infraestructuras, el Gobierno del presidente Luis Abinader, a través del Ministerio de Viviendas y Edificaciones (Mived), invierte miles de millones de pesos en las reconstrucciones y rehabilitaciones de los principales escenarios del Centro Olímpico capitalino y del complejo Parque del Este, creado para los XIV Juegos Panamericanos de 2003, la cita multideportiva de mayor envergadura realizada en nuestro bitercio insular.
Al mediar noviembre se hace evidente cierto retraso en los trabajos de reconstrucción de instalaciones, especialmente en el complejo acuático del Centro Olímpico, lo que hace suponer que, al arribar julio de 2026, se estén dando toques finales a algunas de las obras. Pero, según ha afirmado en más de una oportunidad el ministro de Deporte y Recreación, Kelvin Cruz, las instalaciones estarán para la ocasión.
Sin embargo, el punto focal de esta entrega son los desafíos que tendrán nuestros representantes de la alta competición como anfitriones de unos juegos en los que se espera la participación de 6.000 atletas en más de 30 disciplinas deportivas, y la asistencia de 37 delegaciones de países y territorios.
El primer reto atlético del deporte dominicano en Santo Domingo 2026 será retener la quinta plaza que el país mantiene por cuatro versiones consecutivas, desde que la puertorriqueña ciudad de Mayagüez sirvió como sede en 2010, pasando por Veracruz (México) 2014, Barranquilla (Colombia) 2018 y San Salvador (El Salvador) 2023.
La lógica indica que, como anfitriones, los dominicanos deberán retener la quinta plaza sobre el empuje de Puerto Rico y Guatemala, que han puesto en aprietos tal sitial en varias de esas últimas citas.
Aun en casa, parece improbable que Dominicana tenga acceso al cuarto lugar ante los gigantes del área —por territorio, densidad poblacional y desarrollo deportivo—, como lo son México, que se ha erigido en puntero regional, Colombia, Cuba y Venezuela.
La cuestión de mayor inquietud que persiste es si desde las federaciones nacionales olímpicas se está realizando el trabajo que corresponde para dotar a nuestros atletas de la capacidad competitiva que permita superar la cantidad de medallas de la cita precedente, San Salvador 2023, y acercarse a sus máximos históricos —San Salvador 2002 y Mayagüez 2010, cuando Cuba estuvo ausente— algo que, como anfitriones, debería ser la meta a alcanzar.
Después de un inicio lento e inquietante que puso en vilo la meta propuesta de lograr las 25 preseas de oro y 107 en total obtenidas en Barranquilla 2018, en San Salvador 2023, los quisqueyanos remontaron de manera espectacular para destronar en la última jornada a Puerto Rico de la quinta plaza que había mantenido desde el principio de la competición.
Sendas preseas doradas en karate, aportadas por Pamela Rodríguez y Anel Castillo, y una suculenta barrida por doble 25-19 y 25-16 del voleibol femenino —las Reinas del Caribe— sobre sus rivales boricuas, inclinaron la balanza en la última fecha para República Dominicana, que con 25 de oro, 36 de plata y 50 de bronce (111 en total), desplazó a Puerto Rico al sexto peldaño, con 50 doradas, 27 plateadas y 44 de bronce, para un total de 96 medallas.
Esas 111 preseas en la más reciente versión es la cantidad mayor lograda por una delegación dominicana a los juegos del área, cuando Cuba ha tenido presencia, un número superior a las 107 de Barranquilla 2018.
Pero la nación de Juan Pablo Duarte ha tenido su máxima explosión triunfal en dos citas que Cuba se ausentó por razones de seguridad derivada de tensiones políticas.
En los primeros juegos del Siglo XXI, San Salvador 2002, Dominicana alcanzó su máximo total en preseas de oro con 35, acompañadas por 38 de plata y 59 de bronce para totalizar 132 metales. Entonces ocupó su mejor sitial histórico, el cuarto, por encima de Puerto Rico (30-47-57, un total de 134) y por debajo de los punteros México, Venezuela y Colombia en orden descendente.
Y ocho años después, Mayagüez 2010, Quisqueya obtendría el máximo absoluto hasta el momento en la contienda deportiva regional: 133 medallas, repartidas en 31 oros, 37 platas y 65 bronces. Esto significó la quinta ubicación, una por detrás de los anfitriones puertorriqueños, que se fueron lejos con total de 167 preseas: 48 oros, 44 platas y 75 bronces.
Totales de preseas al margen, resulta válido preguntarse si las federaciones cuentan con el talento y si están facilitando la preparación correspondiente para competir al más alto nivel que exhibe la región, especialmente aquellas disciplinas que por tradición hacen mayores aportes al medallero.
Con su buque insignia, la campeona olímpica y mundial de 400 metros planos Marileidy Paulino, y una pléyade de competidores masculinos y femeninos, el atletismo ha sido el deporte de mayor pujanza en los últimos años. Pero el declive natural que muy probablemente empiecen a acusar algunos, y la reciente baja participación en los Panamericanos Junior de Paraguay, ponen a pensar si nuestros actores de campo y pista tendrán la misma solvencia de juegos recientes.
El boxeo, referente del olimpismo y juegos regionales, no contará con uno de sus medallistas de bronce en los Juegos de París 2024, Cristian Pinales, por su paso al profesionalismo. Recientes quejas de la cúpula federativa por supuesta inequidad en la repartición de los recursos que aporta el Estado —que afectaría la preparación y participación en eventos internacionales—, ponen el ojo en lo que podría suceder con esta disciplina en poco menos de un año.
Deportes de combate como Karate, Taekwondo y Judo, que con grandes figuras durante décadas han aportado una cuota significativa al medallero en Centroamericanos y Panamericanos, ¿conservan actualmente la solvencia para estar a la altura en Santo Domingo 2026?
Para alcanzar los parámetros que amerita el desarrollo alcanzado en la alta competición, la delegación en casa debe contar con aportes de disciplinas emergentes en cuanto a conquista de medallas, como remo y canotaje, lucha olímpica, bádminton, tiro al plato, arquería, entre otras.
Sin Víctor Estrella en San Salvador 2023, el tenis se mantuvo como en juegos anteriores, por lo alto, y se espera que en masculino pueda mantener el nivel medallero, pero habrá que esperar lo que depara el sector femenil.
Tenis de mesa ha tenido altas y bajas en juegos recientes, salvados por una mezcla de nacionalizados chinos y criollos. También hay que aguardar qué le depara.
A este nivel, en Deportes Ecuestres, la República Dominicana ha conseguido esporádicos logros, en especial con Ivone Losos y algunos jinetes y amazonas. El tiempo dirá.
En las competencias de conjunto, las Reinas del Caribe han arrasado los Juegos desde 2002 y no parece haber fuerza rival que las destrone en su casa. El masculino tendrá que batallar con Puerto Rico y México por el podio, tras la potencia inacabable de Cuba.
El baloncesto masculino tiene los talentos y la categoría para brillar, y la disponibilidad de contar con parte de los principales es lo que dirá si pueden competir por el el oro ante potencias como Puerto Rico. El básquet 3x3 tendrá que dar el salto que no ha podido a través de numerosas contiendas. ¿Y el femenino…?
El béisbol presenta la misma disyuntiva desde que ese deporte abolió el término “amateur” o de aficionados. No se sabe con qué contará el país, hasta llegado el momento.
Como anfitriones, ¿el fútbol masculino como el femenino lograrán subir por primera vez a un cajón de premiación?
Una disciplina que por sus diversas modalidades ofrece una alta gama de premios es el ciclismo, pero a pesar de que el país cuenta con un velódromo desde 1974, las que allí se practican están en el olvido en RD. Con excepción de alguna sorpresa en ruta o Mountain Bike, hay poco que esperar.
A la distancia de unos nueve meses para el montaje en Santo Domingo de los XXV Juegos Centroamericanos y del Caribe, los del Primer Centenario, la principal inquietud en términos atléticos entre los dominicanos sigue siendo si las federaciones nacionales trabajan de manera adecuada en la preparación de los atletas para que puedan extender a cinco ciclos seguidos la obtención de la quinta plaza y superar sus mayores totales de medallas en unos juegos.
El 24 de junio del presente 2025, el ministro de Deportes Kelvin Cruz entregó en la sede del Comité Olímpico Dominicano la suma de 220 millones de pesos para la preparación de los atletas que representarán al país en la cita del próximo año. Hasta el momento de elaborar esta entrega no se escucharon quejas de insuficiencia de recursos, por lo que no habría alegatos válidos si las cosas no salieran bien en términos atléticos.
Entre los años 1956 y 2025 —según Baseball Reference— 930 dominicanos han llegado a las Grandes Ligas. He aquí el primer capítulo de una reseña acerca de los quisqueyanos que dieron el salto a la Gran Carpa y dejaron huella en el deporte del diamante.
Una historia que no muchos conocen acerca de tres beisbolistas consanguíneos llamados Fernando Tatís.
En la recientemente finalizada campaña de la MLB, el sensacional jardinero derecho del equipo San Diego Padres, Fernando Tatís Jr. agregó una nueva joya a la colección que atesora en su joven trayectoria —y que se proyecta hacia el futuro como uno de los jugadores más completos y talentosos— con apenas 26 años de edad
