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En un duelo cargado de nervios, tensión y drama puro, Marruecos venció a Francia en tanda de penales tras empatar 1-1 en los 120 minutos reglamentarios, y logró clasificarse por primera vez en su historia a la final de un Mundial Sub-20.
El escenario fue el Estadio Elías Figueroa Brander, en Valparaíso, Chile, ante una atmósfera cargada de expectativa: Marruecos y Francia, dos equipos con fútbol ofensivo y promesas por cumplir, se enfrentaban por un cupo en la gran final juvenil.
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El trámite arrancó parejo, con ambas selecciones midiendo fuerzas. No obstante, cerca del minuto 31 llegó la jugada que quebró el hielo: tras un centro desde la izquierda lanzado por Marruecos, se generó una pugna dentro del área con contacto entre Laborgne (Francia) y Byar (Marruecos). El árbitro, tras revisión de VAR, sancionó penal a favor de los marroquíes.
Yassir Zabiri fue al cobro y su disparo, que dio en el poste, rebotó en el guardameta Lisandru Olmeta y finalmente acabó en la red, lo que estableció el 1-0 para Marruecos.
Francia intentó reaccionar rápidamente, presionando con sus volantes y extremos, pero se topó con una defensa ordenada y el portero marroquí, Yanis Benchaouch, respondió con firmeza.
En el complemento, Francia salió con ímpetu renovado. A los 58 minutos, una jugada colectiva encontró espacio por la banda izquierda: tras una asistencia, Lucas Michal remató con pierna derecha en el corazón del área para poner el marcador 1-1.
La igualdad activó una fase vibrante: Marruecos buscó desequilibrar con contragolpes, mientras que los franceses metieron presión intentando desnivelar. Sin embargo, las defensas resistieron y el partido, alcanzados los 90 minutos reglamentarios, fue a tiempo extra.
Durante los 30 minutos de tiempo extendido, ambos equipos comenzaron a notar el desgaste físico. Francia acumuló mayor posesión, arriesgó más, e intentó generar espacios. Marruecos, por su parte, apeló a transiciones rápidas y urgencia. En los minutos finales, se vivió una situación dramática: el portero titular de Marruecos, Benchaouch, se lesionó y tuvo que abandonar el encuentro. Ibrahim Gomis tomó su lugar, pero ya llegando al minuto 120, y previendo la tanda de penales, el cuerpo técnico optó por ingresar al tercer arquero, Abdelhakim Mesbahi, para que pudiese cubrir específicamente esa prueba decisiva.
Las últimas acciones del tiempo extra no lograron generar goles, y así se debió definir todo desde los 12 pasos.
La definición por penales fue dramática. Francia y Marruecos acertaron sus primeros disparos con precisión, hasta que en la tanda decisiva Mesbahi se vistió de héroe: detuvo el penal decisivo lanzado por Djylian N’Guessan y coronó la clasificación marroquí con un 5-4 en la definición.
De tal modo, Marruecos se adjudicó un triunfo épico y avanzó a disputar la gran final que, para esas horas, todavía no tenía rival definido.
El portero Abdelhakim Mesbahi se convertía así en el héroe del encuentro, que ingresó en el minuto 125 para estar bajo los palos en la definición por penales y detuvo el disparo decisivo. Su intervención le otorga un lugar de gloria en la historia del fútbol marroquí.
Fue un enfrentamiento que rozó lo épico: tacto, sacrificio, tensión, fallos, aciertos y el coraje de jugadores que asumieron el reto. Francia mostró momentos de dominio, pero Marruecos resistió, se reinventó y consiguió la gloria con una atajada memorable. Así, los Leones del Atlas escribirán un capítulo dorado: por primera vez jugarán una final del Mundial Sub-20.
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