TOKIO — Con una arrancada pausada y un cierre explosivo, Noah Lyles volvió a imponer su autoridad en los 200 metros. El estadounidense ganó la final con 19.52 segundos, imponiéndose a su compatriota Kenny Bednarek (19.58) y al jamaicano Bryan Levell (19.64).
Fue la cuarta vez consecutiva que Lyles conquista el oro mundial en esta distancia (2019, 2022, 2023 y ahora 2025), con lo que iguala la hazaña de Usain Bolt.
Aun cuando la temporada comenzó con complicaciones para Lyles, incluyendo una lesión de tobillo, su recuperación ha sido ejemplar. En las semifinales dejó claro que llegaba en forma: marcó un 19.51, el mejor tiempo de semifinales, y desde allí ya dio señales de que venía con todo para la carrera decisiva.

Bednarek, aunque muy cerca, no pudo sostener el ritmo en la recta final. Levell se llevó el bronce tras desplegar fuerza especialmente en la curva. Quedó detrás el botsuano Letsile Tebogo, cumplido, pero fuera del podio.
Mirando al futuro
Este triunfo reafirma a Lyles como uno de los grandes velocistas actuales. Igualar a Bolt no es cosa menor: representa estar en el libro de historia del atletismo mundial. Pero él —a sus 28 años— ya piensa más allá. Ha prometido que para los Mundiales de 2027 irá por el quinto oro en 200 metros, para quedarse solo en ese récord.
Además, este resultado manda un mensaje claro: pese a las lesiones y los altibajos, Lyles supo mantener la concentración, el entrenamiento y la confianza para dominar cuando cuenta.
Con información e imágenes de:
Reuters
The Guardian
NBC Sports