Con un Real Madrid que ya había ganado su partido el sábado, al Barcelona no le quedaba otra opción que el triunfo, si es que pretendía mantener el primer puesto en la tabla de posiciones.
Sin embargo, desde los primeros minutos, quedó claro que no era el día del Barça. El Sevilla salió con garra, intensidad y una lectura precisa del rival: presión alta, contragolpes veloces y aprovechamiento de espacios. El equipo de Hansi Flick, en cambio, lució desdibujado, sin conexiones en el mediocampo y con errores puntuales en la defensa.
El golpe temprano y el dominio sevillista
En el minuto 13, llegó una jugada polémica que marcó el pulso del partido: Isaac Romero cayó en el área tras un cruce con Ronald Araujo, el VAR revisó la acción y el árbitro terminó señalando penal. Alexis Sánchez no perdonó y batió a Szczesny, para adelantar al Sevilla.
Con el marcador a favor, los locales ganaron confianza. En el minuto 36, un contraataque letal encontró a Romero quien definió con frialdad para poner el 2-0. Barcelona apenas tuvo reacción: sus líneas estaban desordenadas, sin circuito ofensivo claro, y careció completamente de volumen ofensivo al cierre del primer tiempo.
Antes del descanso, y sobre los minutos de alargue del primer tiempo, Marcus Rashford logró reducir la diferencia con un gran remate en volea tras un pase preciso de Pedri, lo que devolvió algo de esperanzas a los aficionados visitantes en el Sánchez-Pizjuán.

Segundo tiempo: colapso blaugrana y dictado del Sevilla
La segunda mitad comenzó con un Barcelona aferrado a la reacción, pero rápidamente se vio que el Sevilla tenía moral, ritmo físico y ambición. En el minuto 76, tuvo su oportunidad de empatar el Barça mediante un penal, pero Robert Lewandowski erró en la ejecución.
Con la moral del visitante por los suelos, Sevilla remató la faena. José Ángel Carmona anotó el tercer tanto al saber aprovecharse de los espacios que dejaba el Barcelona en defensa, y Akor Adams cerró la goleada con un cuarto gol, aprovechando otro descuido defensivo.
El Barcelona fue una sombra de lo que se espera de un equipo grande: vagueza ofensiva, desconexión entre líneas, líneas mal posicionadas y poca generación de peligro. En cambio, Sevilla desplegó carácter, claridad táctica y letalidad para consumar un triunfo histórico en el Sánchez-Pizjuán. Tras 19 encuentros ante el equipo culé sin poder ganarle —4 empates y 15 derrotas—, los “palanganas” se quitan de encima esa mala racha que traían desde octubre de 2015.
Con este resultado, Barcelona pierde su condición de invicto en la liga y desperdicia la oportunidad de retomar el liderato. Sevilla, por su parte, firma una de sus victorias más contundentes frente al Barça en años.
La tranquilidad del Real Madrid
Con esta caída del Barcelona, el Real Madrid —que había hecho su tarea el sábado al derrotar al Villarreal por 3-1 en el Santiago Bernabéu— recupera el primer puesto en la tabla.
El partido el sábado fue bastante cerrado hasta el arranque de la segunda mitad. Con un dominio moderado, el Real comenzó a tejer la diferencia con un gol de Vinícius Jr. al minuto 47. Más tarde, en el minuto 69, abrió aún más la brecha tras convertir un penal también.

Villarreal no se fue sin pelear: Georges Mikautadze recortó distancias con un tanto que puso emoción momentánea al enfrentamiento, pero poco después, una roja sobre su defensa complicó su reacción.
Para sellar la victoria, Kylian Mbappé aportó el tercer gol tras una combinación fluida. Curiosamente, tras su tanto, sufrió una molestia y debió salir.
Con esta victoria, el Madrid recupera el liderato y confirma que, al menos por ahora, su ambición liguera sigue intacta.
Con información e imágenes de:
Reuters
El País
ESPN.com
SI
Barca Blaugranes