El acto que une deporte y academia
En una mañana cargada de simbolismo en Salamanca, con la centenaria Universidad como escenario, Rafael Nadal fue investido como Doctor Honoris Causa. El Paraninfo de las Escuelas Mayores se vistió de gala para recibir al mallorquín entre una nutrida representación de doctores, autoridades académicas y figuras públicas.
El rector Juan Manuel Corchado presidió la ceremonia, mientras que el decano de la Facultad de Educación, Ricardo Canal, ejerció como padrino del acto, y defendió en su laudatio los méritos del tenista más allá de sus trofeos —como un referente de disciplina, humildad y superación. La universidad justificó su decisión en el influjo que Nadal ha ejercido como modelo para generaciones, “un espejo en el que mirarse” para estudiantes del mundo.
Nadal, ataviado con birrete y vestimenta académica, pronunció un breve pero emotivo discurso en el que reconoció que no siguió el camino tradicional de la academia, y que su “universidad” fue precisamente el deporte, las canchas y los retos diarios. En sus palabras no faltaron agradecimientos a su familia, entrenadores y al mismo espíritu de aprendizaje que lo acompañó durante su carrera.

Un reconocimiento con matices: respaldo mayoritario, críticas y debate
La concesión de este Honoris Causa no estuvo exenta de tensión interna. En la votación del Claustro de Doctores, un 34 % de los miembros —91 de 268 votos— se manifestaron en contra del nombramiento, algo poco habitual en reconocimientos universitarios de esta índole.
Quienes defendieron el reconocimiento señalaron que, aunque Nadal no pertenece al mundo académico, su influencia social, su compromiso con valores como la perseverancia y su capacidad para inspirar juegan un papel digno de homenaje. Por el contrario, sus detractores sostuvieron que el doctorado Honoris Causa debería reservarse para méritos científicos, culturales o académicos, y que la figura del tenista carece de una vinculación clara con la universidad o con la investigación.
La candidatura de Nadal fue impulsada por el Consejo de Gobierno universitario en diciembre de 2024, y aprobada posteriormente con mayoría por el Claustro. Además del tenista, en esta convocatoria la universidad concedió también el Honoris Causa a la bioquímica francesa Emmanuelle Charpentier —premio Nobel de Química en 2020— quien recibió un apoyo casi unánime en la votación.
El simbolismo detrás del gesto
Este reconocimiento rompe tradiciones en la Universidad de Salamanca: nunca antes un deportista había sido investido con ese rango. Y en el discurso institucional se ha subrayado que Nadal encarna opciones de convivencia, esfuerzo y superación que la institución desea emular y proyectar. En un mundo que parece dividido, la figura de Nadal surgió como puente entre deporte, sociedad y academia.
La ceremonia coincide con el periodo en que Nadal ya ha cerrado su etapa profesional en el tenis, tras 22 años de una carrera que llena páginas en la historia del deporte español e internacional. Este acto le aporta un nuevo capítulo: más allá de estadísticas y medallas, ahora su nombre quedará inscrito también entre los doctores de una universidad centenaria.
Con información e imágenes de:
El País
Sportskeeda
infobae
Diario de Castilla y León