Todos en el mundo de la pelota norteamericana y caribeña conocen a la actual estrella de los Padres de San Diego. Su desempeño en el diamante ha sido más que destacado en los últimos años, y con su “metro noventa” de altura y 105 kilos, no pasa inadvertido cuando se para en la caja de bateo.
Fernando Tatís Jr., también conocido por sus cercanos y relacionados con los apodos de “El Niño” y “Bebo”, es hijo del ex bigleaguer Fernando Tatís Sr., quien jugó como infielder con varios equipos, incluyendo los Texas Rangers (1997-1998), Saint Louis Cardinals (1998-2000), Montreal Expos (2001-2003), Baltimore Orioles (2006) y New York Mets (2008-2010).
Una marca histórica
Fernando Tatís Sr. es autor de un récord único en las Grandes Ligasy uno de los más difíciles de todos los tiempos. La acción tuvo lugar el 23 de abril de 1999, cuando Tatís, con el uniforme del de los Cardinals, dispara no uno, sino dos cuadrangulares con las bases llenas contra Los Angeles Dodgers en la novena entrada frente al mismo lanzador, el surcoreano Chan Ho Park. Para esas fechas, su hijo Fernando Jr. berreaba en brazos de Yudelca, su madre, con apenas dos meses de edad.
En esa ocasión, el legendario narrador de los Dodgers, Vin Scully dijo: "No se si se podrá comparar con otra cosa... “, para enfatizar a la audiencia que podrían estar en presencia de un hecho histórico. Y vaya si lo fue.
Es posible que, ya habiendo pasado muchos años desde que se retiró, Tatís Sr. sea ahora más conocido por ser el padre de Fernando Tatís Jr., el jardinero de los Padres de San Diego, pero indudablemente siempre tendrá un lugar en los libros de récords.
Después de su última temporada en la MLB, en la que vistió los colores de los Mets de New York, año 2010, Fernando Tatís regresó a su tierra natal y se se convirtió en manager de las Estrellas Orientales en el torneo de béisbol profesional de la República Dominicana, liga en la que llegó a ser reconocido en una ocasión como manager del año.
Como dato curioso, su hijo llegó a jugar como miembro del equipo que su padre dirigía, pero debido a las estrictas cláusulas del millonario contrato que firmó con San Diego Padres, no le fue concedida la autorización para jugar en la pelota local.
El primer Fernando Tatís
Aunque tal vez muchos no lo sepan, en realidad, la historia empieza cronológicamente varios años antes. No son solo son Fernando Tatís Sr. y su hijo “El Niño”. En la década de los 60 en República Dominicana, un jovencito entrenaba con pasión y dedicación en el deporte del guante y el bate. Se trataba de Fernando Antonio Tatís, quien también abrazó el béisbol como jugador profesional: se desempeñó en las ligas menores como infielder de los GCL Bears (filial de los Houston Astros) entre 1969 y 1978, franquicia en la que alcanzó el nivel de triple A.
Esta trilogía constituye un hecho singular y pocas veces conocido en el béisbol: abuelo, padre e hijo, todos con el mismo nombre, y todos peloteros.
El batazo de Pete Rose
La actuación del novato Tatís en aquellos tempranos años 70 impresionó a la gerencia de los Astros, al punto que le hicieron una invitación para que se integrara al equipo mayor como novato en los campos de entrenamiento.
El joven Fernando Antonio fue alineado como tercera base ante un juego frente a los Cincinnati Reds. En una de las acciones del partido, el legendario slugger rojo Pete Rose disparó un fuerte hit por la línea de la tercera base donde se encontraba Tatís, quien obviamente se esforzaba para mantener un buen desempeño en el equipo y cumplir así sus ilusiones de quedarse en las Ligas Mayores.
Sin embargo, quiso el destino jugarle una mala pasada: el batazo de Rose hizo que la bola tomara una extraña trayectoria e impactara en el hombro derecho del novato 3ra base dominicano, lo que le provocó una delicada lesión, de la que no pudo reponerse completamente, ni siquiera tras una cirugía. Esto, si bien no le impidió continuar en triple A, a la larga acabaría lamentablemente con las aspiraciones de Tatís Sr. de ser un grandeliga.
Estas dificultades en el diamante afectaron la vida personal de Fernando Antonio, quien cayó en algunos episodios depresivos, lo que finalmente resultó en su divorcio de Yudelca a finales de la década de 1970. Si bien continuó vinculado al béisbol como entrenador y buscador de talentos en las ligas menores de los Astros durante algunos años más, el dolor y el sufrimiento de un fallido segundo matrimonio lo llevaron a abandonar el béisbol y desaparecer de los círculos que frecuentaba. Así fue que no volvió a tener contacto con su exesposa Yudelca —con quien había mantenido una buena relación— ni con su pequeño hijo.
Seguir el camino deportivo de su padre
De niño, el principal recuerdo que Tatís tenía de su padre ausente era el de un cuento que su madre le contaba antes de dormir. La historia trataba acerca del día en que “Fernandito” llegó a casa desde el hospital con solo dos días de nacido. Cuando lo pusieron en su cunita por primera vez, su padre sonrió, dejó un bate de béisbol en miniatura sobre el pecho del recién nacido y le dijo: "Dios te bendiga, Fernandito; algún día serás jugador de béisbol como tu padre".
Sin duda alguna, esta historia avivó el amor de Tatís por el béisbol y lo motivó a triunfar y esforzarse por llegar a las grandes ligas, allí donde su padre no había podido alcanzar su sueño.
Varios años después del retiro de Fernando Antonio del ámbito deportivo, se supo que había perdido contacto con su hijo desde cuando el niño tenía unos cuatro años de edad.
El camino del reencuentro
Mucho tiempo pasó, y ya en los 90, con Fernandito de unos 24 años afianzado como infielder en los Astros de Houston, fue el scout del equipo, el dominicano Omar Minaya —a quien él describe como una figura paterna—, la persona que se entera de esa separación padre-hijo de tan larga data. Por propia iniciativa, decidió mover influencias en la organización texana para tratar de reunir al beisbolista estrella del equipo con su padre Fernando Antonio, de quien nada se sabía. Incluso su hijo, por momentos, llegó a pensar que podría haber fallecido.
En sus gestiones de búsqueda, el equipo puso varios anuncios en algunos medios impresos de circulación nacional, incluyendo el New York Times.
Quiso el destino que en Bowling Green, un pueblito al sureste de Tampa, una señora llamada Darnea Williams lea esa noticia y se lo cuente a quien entonces era su esposo, un dominicano que vivía en Estados Unidos desde hacía mucho tiempo y para esas fechas se ganaba la vida como pintor: se llamaba Fernando Antonio. Cuenta la señora Williams que tras leer el artículo, Tatís “empezó a curar heridas”, y no pasó mucho tiempo hasta que se puso en contacto telefónico con los Rangers.
Una mañana de septiembre de 1997, Omar Minaya se acercó al campo de juego, donde Fernandito estaba entrenando y le comunicó: “Hemos encontrado a tu padre”.
Fernando Antonio viajó a Texas y padre e hijo se volvieron a ver, dos décadas después, con lo que se restableció una relación que tristemente se había perdido hacía años.
El amor es una decisión
Las crónicas de la época refieren que al ver a su padre después de tan larga separación, Tatís dijo:
«Es como si un gran dolor hubiera desaparecido. Me siento mucho mejor, como si pudiera respirar de nuevo».
Y tal vez no casualmente, un día después, Tatís coronó este feliz momento con dos cuadrangulares en un partido contra los Minnesota Twins, con su padre alentándolo desde las gradas. En una entrevista de hace unos años, Fernando Tatís (hoy Sr.) ante la pregunta de si le guardaba algún sentimiento hacia su padre por tantos años, declaro: “El amor es algo que decidimos, y yo simplemente tomé la decisión. No sé lo que ocurrió en el pasado… empezaremos de nuevo”.
La dinastía Tatís
Hoy, el hijo de Fernando y nieto de Fernando Antonio —al que bien se le podría llamar Fernando Tatís III— se ha establecido como uno de los beisbolistas de élite y más completos de las Grandes Ligas, para orgullo de su padre y su abuelo, afortunadamente ambos con vida.
Una historia familiar de tres generaciones que demuestra, nuevamente, que el béisbol es mucho más que acciones de juego sobre el diamante. Se trata de valores humanos.
Heriberto Morrison - Director del Multimedios Faro Deportivo -
Con más de 40 años en el periodismo deportivo, ha sido redactor, columnista, editor y gestor multimedia en medios como La Noticia, El Nacional , Última Hora, El Nuevo Diario, Rumbo, Periódico Hoy, Listín Diario, y Cadena de Noticias/CDN. Fue Macro-Editor Deportivo de Multimedios El Caribe y Viceministro de Deportes de la Rep. Dom.
En la recientemente finalizada campaña de la MLB, el sensacional jardinero derecho del equipo San Diego Padres, Fernando Tatís Jr. agregó una nueva joya a la colección que atesora en su joven trayectoria —y que se proyecta hacia el futuro como uno de los jugadores más completos y talentosos— con apenas 26 años de edad
El jardinero derecho de Los Angeles Dodgers es uno de los integrantes de la prestigiosa escuadra que se ha alzado con la diadema real consecutivamente en las temporadas 2024 y 2025. Iguala así a leyendas dominicanas como Julián Javier, Luis Polonia, Alfonso Soriano, Manny Ramírez y Albert Pujols.
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