Rafael Nadal, quien recientemente puso fin a su carrera profesional con una trayectoria que lo señala como uno de los grandes del tenis, ha tomado la palabra con un mensaje claro y urgente. A través de sus redes sociales, informó que él y su equipo han detectado vídeos falsos en circulación que reproducen —mediante tecnología de inteligencia artificial— su imagen y voz, en los que da consejos financieros y proyectos de inversión que jamás han sido aprobados o respaldados por él.
“Comparto este mensaje de alerta, algo poco habitual en mis redes, pero necesario. Hemos detectado junto a mi equipo que circulan en algunas plataformas vídeos falsos generados por inteligencia artificial, en los que aparece una figura que imita mi imagen y voz.”
“En estos vídeos se me atribuyen consejos o propuestas de inversión que no provienen de mí. Se trata de publicidad engañosa. Por favor, tened cuidado: yo no he realizado ni respaldo este tipo de mensajes.”
Para Nadal, no se trata de una mera formalidad: el riesgo es real. Señala que con el avance de la inteligencia artificial, la habilidad para manipular vídeos y audios ha crecido de modo explosivo, lo que ha dejado en manos equivocadas herramientas poderosas para crear contenidos engañosos. Su advertencia es también un llamado a la sociedad, pues instó a sus seguidores a ejercer pensamiento crítico frente a lo que consumen en redes y plataformas digitales.
En su mensaje, Nadal también abordó los aspectos positivos de la tecnología, pero con cautela:
“Creo que la innovación siempre es positiva cuando se pone al servicio de las personas, pero debemos ser conscientes de sus riesgos y actuar con sentido crítico.”

Un problema cada vez más común
Este tipo de estafas no afecta solo a deportistas. Numerosas figuras públicas han sido blanco del uso indebido de su imagen o voz en campañas digitales fraudulentas: músicos, empresarios, celebridades políticas, entre otros.
Expertos en ciberseguridad advierten que los “deepfakes” y otras técnicas de manipulación visual y sonora avanzan rápido, y que muchas campañas fraudulentas se nutren de la confianza que la gente deposita en las personalidades públicas. Una voz reconocible o un rostro famoso, bien recreado por IA, puede lograr convencer a quienes no se detienen a verificar.
La recomendación recurrente de especialistas es: desconfiar de anuncios que prometan retornos extraordinarios, revisar si las fuentes son oficiales, y usar herramientas o servicios que detecten contenido manipulado.
Con información e imágenes de:
UnoTV
Diario AS
Grupo Milenio